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Comienza la Vida cuando se Implanta el Embrión?


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Algunos defensores de la vida, como es el Dr. Bernard Nathanson,[1] quien defiende que la humanidad se inicia cuando el embrión es implantado en el útero de la madre, lo cual ocurre una semana luego de la concepción. Existen cuatro argumentos básicos para defender esta posición, a la cual le doy una respuesta.

  1. No es vida humana hasta que no sea reconocido por otro humano ?

    Nathanson argumenta que en el momento de la implantación el no nacido “establece su presencia al resto mediante la transmission de sus propias señales – a través de la producción de hormonas – aproximadamente una semana después de la fertilización y tan pronto como este se adhiere a la pared uterina.”

    Para Nathanson la implantación es significativa puesto que antes de este momento el aún no nacido “posee la estructura genética aún no completada, ya que no tiene los elementos esenciales que produce la vida: la fase que reconoce la comunidad humana y la comunicación de la data de que este (el embrión) se encuentra ahí (en el útero).” [2]

    Así que, para Nathanson, la comunicación hormonal del aún no nacido con su madre es esencial para su humanidad. Yo entiendo que este argumento se cae, por lo menos, debido a dos importantes razonamientos, los cuales se expresan a continuación…

    Primero, cómo es posible que la esencia de una persona dependa de que otro esté consciente de la existencia de esta ? Parece intuitivamente correcto decir que no es necesaria la conceptualización de una persona por otra persona para que tu puedas existir, ya que tu eres lo que eres no importando que personas esten conscientes o no de tu existencia. Las personas interactuan con otras personas, las personas no crean a una persona al interactuar con esta. En terminos filosóficos, Nathanson está confundiendo la epistemología (la teoría del conocimiento - el estudio de cómo sabémos las cosas) con la ontología (el estudio del ser o de la existencia).

    La segunda objeción, la cual apoya mi primera objection, es mencionada por el mismo Nathanson. El escribe, “Si la implantación es biológicamente el punto decisivo para la existencia de ‘alpha’ [el aún no nacido] qué hacemos nosotros acerca la ‘fertilización in vitro’ ? La célula resultante de la unión de un óvulo y de un espermatozoide (zygote) en estos casos es visto en su plato de cultivo y puede decir que ha anunciado su existencia mucho antes de ser implantado.”

    Nathanson responde a estas interrogantes expresando, “Me parece a mi que cuando está en el plato de cultivo, el zygote está yá implantado, filosóficamente y bioquímicamente, y ha establecido el nexo con la comunidad humana, antes de ser ‘re’-implantado en el vientre de la madre.”[3]

    Esta respuesta, sin embargo, no apoya la posición de Nathanson, porque el está admitiendo que no existe realmente diferencia de esencia entre el zygote implantado y el zygote no implantado, solo una diferencia accidental (la existencia anterior es reconocida, mientras la última existencia no es reconocida). Por lo tanto, así como no existe una diferencia esencial entre Donald Trump el ermitaño desconocido y el Donald Trump el empresario y billonario (solo existen marcadas diferencias accidentales entre los dos Trumps), no existe una diferencia accidental entre un ‘embrión’ o ‘conceptus’ no conocido y un ‘embrión’ o ‘conceptus’ conocido.

    O sea, parece contrario a lo que sugeriría el sentido común, afirmar que la existencia de las personas depende del conocimiento que tienen otras personas de nuestra propia existencia.

  2. Las masas hidatidiformes (N.T./T.M.: protuberancia anormal que crece dentro del útero en algunos embarazos), coriocarcinoma (N.T./T.M.: crecimiento de masa, normalmente maligno, durante el embarazo, también conocido como neoplasia o embarazo molar), óvulo no fertilizado, y los clones (N.T./T.M.: reproducción de células) prueban que la vida humana NO se inicia con la concepción ?

    Existe un segundo argumento para la implantación como momento decisivo: Si declaramos que la humanidad se inicia con la concepción, debémos responder a esta observación con “salgunas entidades estan en contra de que el producto de la union de un espermatozoide y un óvulo no es un 'ser humano' y que estos núnca se desarrollarán en uno,”y que pueden existir algunos seres humanos que vinieron a ser sin la union del espermatozoide y del óvulo.[4]

    Nathanson nos da ejemplos de los productos no humanos que resultan de la unión espermatozoide+óvulo:

    • masa hidatidiforme (“un producto el cual es usualmente una degeneración de la placenta y que tipicamente posee una cantidad de cromosomas”)
    • coriocarcinoma (“el 'cáncer de la concepción' que resulta de la union del espermatozoide+óvulo y que es uno de los tumores malignos más temidos por los ginecólogos”)
    • óvulo rechazado (“una concepción con los 46 cromosomas, pero que es sólo una placenta, sin la placa embrionaria, y la cual se aborta de forma natural, luego de la implantación”).

    Un clon es un ejemplo de un producto humano que puede llegar a existir sin el beneficio de una unión de un espermatozoide con un óvulo.[5]

    El problema con el argumento de Nathanson es que el confunde las condiciones necesarias con las suficientes. La persona que defiende su total humanidad y que esta se inicia en la concepción no está argumentando que todo lo que resulta de una union de espermatozoide y óvulo es necesariamente una concepción. O sea, cada concepción de un producto o ser humano es el resultado de la union de un espermatozoide y un óvulo, pero no todas las uniones de un espermatozoide y un óvulo dan como resultado una concepción. Por lo tanto, la union del espermatozoide con el óvulo es una condición necesaria para la concepción, pero no es una condición suficiente.

    Abundando aún mas, Nathanson está en lo correcto al asegurar que es posible que algún dia puedan existir humanos fabricados en laboratorio, como son los clones, los cuales podrán ser concebidos sin el beneficio de la concepción.[6] Pero esto solo significaría que la concepción no es una condición necesaria para la total humanidad, tanto como la union espermatozoide+óvulo no es una condición suficiente para la concepción.

    O sea, los argumentos de Nathanson, tanto para los productos no humanos como los productos resultantes de la unión del espermatozoide con el óvulo y la posibilidad de los clones es inadecuada para contradecir la posición de los que defienden la vida (PROLIFE) de que la total humanidad se inicia en la concepción.

  3. Abortos Espontáneos

    Se estima que del 20% al 50% de todas las concepciones mueren antes de nacer. Se estima que el 30% muere antes de su implantación.[7] Algunas personas argumentan que esta data les hace difícil creer que el no nacido (N.T.: óvulo o embrión) sea un humano en las primeras etapas de su desarrollo, antes de su implantación (N.T.: en el útero). Pero esto es claramente un argumento no válido, ya que no necesariamente es una razón lógica que el número de productos no nacidos que mueren no son por naturaleza totalmente humanos.

    Supongamos que los defensores del derecho de elección (PROCHOICE) respondan a esto argumentando que si cada óvulo fertilizado es un ser humano, entonces estamos obligados a salvar los embarazos espotáneos también ! Pero que si lo hacemos, pudiera llevarnos a una sobrepoblación, o muerte por negligencia médica, y a la hambruna El problema con esta respuesta es que confunde nuestra obvia y primordial obligación moral de no cometer homicidio (esta es, de realizar abortos) con la obligación moral de interferir la muerte natural (esto es, permitir que el embrión aborte espontáneamente).

    Proteger la vida es una obligación moral, pero resistir a la muerte natural no es necesariamente un deber moral… No existe una consistencia entre preserver la vida natural, oponerse al aborto artificial, y el permitir la muerte natural resultante de un aborto espontáneo.[8]

    Admito que la interrogante de la interferencia con el aborto espontáneo hace que los filósofos de la ética profundizen y se sensibilizen acerca de su posición y que marque las diferencias y los matices que no seran aceptados a todos aquellos que se reconocen como defensores de la vida (PROLIFE). Pero, así como la difícil interrogante de sí desconectamos aquel paciente irreversible que está en coma, el cual depende totalmente de la máquina no es razón suficiente para evitar la posición de dar por terminada la vida de un adulto saludable, lo cual es moralmente incorrecto, la interrogante de cómo podemos responder moralmente y éticamente a los abortos espontáneos no necesariamente va en contra de la ética de los defensores de la vida que defiende que no debemos directamente terminar con la vida de un embrión que se está desarrollando normalmente.

  4. División celular y Recombinación.

    Algunas personas argumentan que ya que la división cellular (la division de un embrión) y la recombinación (la reunion de dos embriones) ocurre antes de la implantación, la vida humana no se inicia hasta ese momento. Sin embargo, un exámen minucioso de la naturaleza de la division cellular y la recombinación revela que no existe ninguna razón para suponer que el embrión antes de su división o cualquier otro embrión recombinado no era totalmente humano.

    Primero, los científicos no concuerdan en muchos aspectos de la division celular.

    • Algunos opinan que la división celular pudiera ser una forma asexual de partenogenesis o “precursor”. Esto ocurre en algunos animales y plantas.
    • Otros opinan que cuando la division celular ocurre, un ser humano existente muere y da vida a dos nuevas e idénticas vidas a la imágen de el o ella.
      Photo copyrighted. Courtesy of Films for Christ.
    • Algunos otros opinan que ya que no todos los embriones humanos poseen la capacidad de dividirse, pudiera argumentarse que existe en el otro embrión una dualidad básica anterior a su división. Por lo tanto, pudiera argumentarse que aunque sea en alguna forma incipiente, dos vidas individuales estaban presentes desde el inicio de la concepción.

    En cualquier circunstancia, la cuestión de la division cellular no aparente ser razón suficiente para hechar a un lado el razonamiento de que el ser humano se inicia en el momento de la concepción.[9]

    Segundo, cada embrión o óvulo concebido (conceptus), sea antes de su division cellular o recombinación cellular, es genéticamente un individuo único que será distinto a sus padres.

    En otras palabras, en caso de que gemelos o mellizos idénticos sean resultante de la división de un embrión, o un individuo sea el resultante de dos embriones que se recombinan, no se explica con lógica que ninguno de los embriones antes de su division o recombinación no fueran humanos. [10]

    Para ayudar a comprender este punto, el filósofo Robert Wennberg nos prove la siguiente historia:

    Imagínese que vivímos en un mundo en el cual un bajo porcentaje de adolescents se copian a sí mismos de alguna forma misteioramente natural, partiéndose en dos, o sea dividiéndose al cumplir sus 16 años. No pudieramos inclinarnos a concluir que ningún ser humano pudiera ser considerado como tal antes de cumplir los 16 años; como tampoco pudieramos concluir que la vida pudiera ser tomada con mayor impunidad antes de su division que después de su division. La verdadera particularidad – para presionar el paralelo—sería que dos adolescentes se convirtieran en un sólo.

    Sin embargo, en todo esto, todavía no juzgamos el reclamo individual de proteger la vida a ser determinante de ninguna forma. Pudieramos estar desconcertados sobre las interrogantes de identidad personal… pero no permitiremos que estas extrañas replicas y fusions influyan nuestro pensar del derecho que tiene una persona a la vida. Como tampoco significará que dichas consideraciones sean relevantes al determinar el momento en el cual un individuo pudiera asumir el derecho a la vida en el útero.[11]

Referencias

  1. Bernard Nathanson, M.D., Aborting America (El Aborto en los Estados Unidos de América) (New York: Doubleday, 1979), pp. 213-17. [ref]
  2. Ibid., p. 216. [ref]
  3. Ibid., p. 217. [ref]
  4. Ibid., p. 214. [ref]
  5. Ibid. [ref]
  6. Para un sumario de los problemas filosóficos y científicos envueltos en la clonación humana, ver Andrew Varga, The Main Issues in Bioethics (Los Puntos Importantes en la Bio-Etica), Segunda edición (New York: Paulist Press, 1984), pp. 119-26. [ref]
  7. Según lo citado por John Jefferson Davis, Abortion and the Christian (el Aborto y el Cristiano - Filibusteros, Presbiterianos y Reformados) (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed, 1984), p. 60. Cf. Thomas W. Hilgers, M.D., “Human Reproduction,” (Reproducción Humana)Theological Studies (Estudios Teológicos) 38 (1977), pp. 136-52. [ref]
  8. Norman L. Geisler, Christian Ethics: Options and Issues (Eticas Cristianas: Temas y Opciones) (Grand Rapids: Baker, 1989), p. 153. [ref]
  9. Andrew Varga, The Main Issues in Bioethics (Los Puntos Importantes en la Bio-Etica), Segunda edición (New York: Paulist Press, 1984), pp. 64-65. [ref]
  10. Ibid., p. 65. [ref]
  11. Robert Wennberg, Life in the Balance: Exploring the Abortion Controversy (Vida en Balance: Explorando la Controversia del Aborto) (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1985), p. 71. [ref]

Translated by: Olga Viñas

Autor: Francis J. Beckwith, adaptado de boletines publicados por Christian Research Journal (Publicaciones de Investigaciones Cristianas), Edición de Verano, 1991. Publicado con permiso del Summit Ministries y el autor.

Derecho de Autoría © 1995, 1998, Christian Research Institute (Instituto de Investigación Cristiana), 1991, 1998, Todos los derechos reservados – excepto como se describe en el anexo“Uso y Derecho de Autoría” pógina que permite a ChristianAnswers.Net reproducir estas páginas para uso en los hogares, en las iglesias, en las escuelas, así como para testimonios personales.

Otras lecturas sobre el tema del aborto

  • Francis J. Beckwith, Politically Correct Death: Answering the Arguments for Abortion Rights (Muerte Políticamente Correcta: Respondiendo a los Argumentos acerca del Derecho al Aborto) (Grand Rapids, Michigan: Baker Book House, 1993).
  • Francis J. Beckwith, Abortion and the Sanctity of Human Life (El Aborto y la Santidad de la Vida Humana) (Joplin, Missouri: College Press, 2000).
  • Stephen Schwarz, The Moral Question of Abortion (La Moralidad y el Aborto) (Loyola University Press, 1990).
  • Randy Alcorn, Prolife Answers to Prochoice Arguments (Respuestas de los Defensores de la Vida = PROLIFE a los Argumentos del Movimiento Defensores de Elección Personal = PROCHOICE) (Sisters, Oregon: Multnomah Press, 2000).

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