Irlanda tiene una historia muy especial. Fue una isla que nunca fue tocada por las legiones Romanas, y Patricio, el Evangelista, llevó a esta el Evangelio de la Gracia Divina. Patricio era descendiente de dos generaciones de servidores de Cristo. Su padre, él mismo nos cuenta, “era el Decano de Calpurnius, hijo de Potitos, antiguo Presbistero del asentamiento de Taburniae” [1]
Estos datos están registradas en el propio testimonio de fe escrito por Patricio. Este documento autenticado ha sido preservado en cinco manuscritos: el primero, en el Libro de Armagh, del Siglo VII, el segundo, del Siglo X, se encuentra en la Biblioteca Cotton, un tercero, en el Monasterio Francés de San Vedastus, y el cuarto y quinto en la Biblioteca de la Catedral de Salisbury. Estos documentos autenticados es la fuente principal de las informaciones que tenemos sobre la persona y la misión de Patricio, y a la vez, un claro testimonio del Evangelio de la Gracia. Patricio nació en el año 373 d.C.[2] en un pueblo a orillas del río Clyde, en la Inglaterra Romana, que actualmente forma parte de Escocia. A la edad de 16 años, Patricio fue capturado por piratas quienes lo vendieron a un cacique del condado de Antrim en el Norte de Irlanda. Por 6 años el cuidó el rebaño de su amo. El mismo nos cuenta:
Fue durante este tiempo de cautividad que el cambió su carácter despreocupado y vino al conocimiento salvador de Jesucristo. El estaba convencido de que el era un pecador. En sus propias palabras,
Patricio, como muchos de los santos hombres de la historia, encontró el favor de Dios en la riqueza de la Gracia en Cristo. Este era el eco que se oía a través de todo el testimonio de Patricio, en sus propias palabras: "Yo soy un gran deudor del Señor porque El me ha dado tanto gracia."[5] El creció en la gracia de Dios, habiendo creído en "el único hijo del Padre, lleno de gracia y verdad," [6] El creció en la gracia de Dios, habiendo creído en "el único hijo del Padre, lleno de gracia y verdad,"[7] En sus propias palabras:
Patricio relata cómo, después de 6 años, el escapó y que luego de una jornada de viaje por tierra y mar, retornó a su gente en Escocia. En sus propias palabras:
Misión Recibida Directamente del SeñorComo el Apóstol Pablo, él recibió un llamado personal claro de parte del Señor para predicar el Evangelio en la tierra de su cautividad. El describe su llamado con las siguientes palabras:
El habla de haber sido llamado de nuevo en sueños otra noche, pero aclaró cómo lo que estaba sucediendo el lo interpretó según las Escrituras. El escribe: "‘De la misma forma que el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidades, porque nosotros bien sabemos que no sabemos como orar, pero el Espíritu Mismo intercede por nosotros con suspiros tan profundos que son imposibles de describir”, y de nuevo: “El Señor, que es nuestro abogado, intercede por nosotros.” Aún cuando Patricio se basó en las Escrituras para comprender su experiencia, así como para confirmar que era el Señor Mismo que le hacía el llamado. En sus propias palabras: "‘El que dio su vida por ti, El es quien habla dentro de ti.’"[[11] El entendió que Jesucristo Mismo, quien había muerto por sus pecados, era quien lo estaba llamando a servirle como un Evangelista en la isla en la cual el había sido tomado cautivo. Un segundo documento histórico, escrito de la propia mano de Patricio, es su carta a Coroticus. En ella el explica su asignación de parte de Dios de ir a una nación extranjera para hablar sobre la gloria y vida eterna que se encuentra en Jesucristo. En sus propias palabras, encontramos lo siguiente:
Esto es un factor muy importante para entender a Patricio. El se conocía a sí mismo como un pecador y encontró la salvación en donde sólo los pecadores la encuentran, "en Cristo, Jesús nuestro Señor."[13] Las primeras palabras de su testimonio leen:
De la misma manera, en el principio de su carta a Coroticus, el escribe:
Claramente, Patricio se veía a sí mismo como pecador. El no miraba a ninguna chispa de vida dentro de sí mismo o en ningún tipo de ritual, al contrario, el miraba a Jesucristo. En las propias palabras de Patricio: "inexplicable gloria de vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor" nos demuestran su innata, personal confianza y coraje en Cristo. Totalmente separada de las religiones que miran a los rituales o ceremonias, Patricio tenía sus ojos puestos en el Señor. El Catolicismo ahora, así como en los tiempos de Patricio, miraba a los sacramentos como necesarios para la salvación.[14] Patricio se miraba a si mismo solamente como pecador salvado por la gracia en Cristo Jesús. El mensaje de Patricio es el de salvación, solamente al recibir a Jesucristo – un mensaje totalmente diferente de aquel de la Iglesia Católica Romana, predicaba en el tiempo primitivo, y que todavía predica en los tiempos actuales. Se Inicia Su MisiónPatricio, el Evangelista Cristiano, era de aproximadamente 30 años cuando, junto con otros hermanos cristianos, se dirigieron hacia Irlanda. El llegó aproximadamente en el año 405. Esta data de la historia está confirmada y verificada. Por ejemplo, Marcus, un Arzobispo Irlandés, que vivió al principio del Siglo IX, informa que Patricio llegó a Irlanda en el año 405 d.C. y Nennius, quien vivió en ese mismo tiempo, repite esta información.[15] Esta fecha es de gran importancia ya que muchos siglos más tarde, se trató de confundir a Patricio con Palladius, quien había sido enviado por el Papa Celestino como misionero a Irlanda. Cuando la noticia del éxito de Patricio el Cristiano llegó a Roma, el Papa Celestino envió a Palladius como Obispo para captar las iglesias bajo el control del Papado. Fue en el año 432, aproximadamente 27 años después de la comisión dada por Dios a Patricio, que Palladius de Roma apareció en la escena. Cuando Palladius llegó a Irlanda, fue a una Irlanda que tenía muchas Iglesias Cristianas y que no aceptaban el mensaje de sumisión del Obispo de Roma. El hecho real, es que Palladius estaba bastante desalentado por su falta de éxito. Citamos al historiador Philip Schaff,
La Gracia Divina durante 60 AñosEl trabajo de Patricio y de sus asociados en Irlanda fue extremadamente difícil. El tuvo que combatir la vieja religión pagana de los Druidas. La gente creía en los Druidas así como en las sacerdotisas paganas que intercedían por ellos para asuntos del espíritu. Cuando Patricio predicaba de Jesucristo, en sus propias palabras, el nos dice:
El escribió sobre bautizar a muchos miles de creyentes después que hubieran profesado su fe.[18] El también escribió sobre su ansiedad de viajar, sus dificultades, y sus decepciones. El combatió las fuerzas de las tinieblas en el sacerdocio de los Druidas. El confió en Jesucristo y el glorioso Espíritu Santo para convertir a las personas de sus pecados, para traerlos a la verdad, al buen camino, y para convencerlos del juicio final. El entendió que la gracia provenía solamente de Dios al declarar:
Durante el curso de 60 años, Patricio anduvo por todo lo largo y el ancho de Irlanda predicando el Evangelio, y, como Timoteo y Tito, antes que él, ordenó a los ancianos y estableció iglesias. Se reconoce que al término de su ministerio, existían 365 iglesias en toda la isla. Estas iglesias fueron establecidas, como en los tiempos bíblicos, con feligreses que eran servidos por un pastor o un anciano. La autoridad del pastor era uno de servicio, y no de soberanía sobre las personas. Eran como las establecidas y descritas en las páginas de las Escrituras. Asimismo, los monasterios establecidos por Patricio, fueron totalmente diferentes a los establecidos bajo la Iglesia de Roma. Estos monasterios eran similares a los de Vaudois y otras iglesias Cristianas al Norte de Italia y al Sur de Francia, en donde los hombres se separaban de su familia y vivían en el mismo durante los años de su entrenamiento en las Escrituras y sobre la forma de evangelizar y llevar el Evangelio a otros. Más tarde estos hombres se casaban y tenían familias. Estos hombres no abandonaban al mundo para santificarse, al contrario, eran hombres que veían la luz y la vida de Jesucristo y deseaban evangelizar a otros con el verdadero Evangelio. Debido a estos monasterios y a las iglesias que Patricio fundó en Irlanda, a Irlanda se le conoce como "la Isla de los Santos y de los Eruditos Cristianos". 600 Años de FructificaciónLa claridad del mensaje Evangelistico compartido por Patricio y por aquellos que viajaban con sobreviviría por muchos años después de su muerte. Muchos misioneros famosos como Patricio continuaron, como son: Columba y sus compañeros, que llegaron a Escocia en el año 563, Columbanus y sus compañeros, que evangelizaron a Francia y Alemania en el año 612, Kilian y los hermanos que le acompañaron como misionero a Franconia y Wurzburg en el año 680, Forannan y los 12 hermanos que llevaron el Evangelio a Bélgica en el año 970.[20] Por más de 600 años, los misioneros Irlandeses llevaron el Evangelio con la misma claridad que Patricio a Gran Bretaña, Alemania, Francia, Suiza, Italia y más lejos. La oscuridad espiritual cubría a Europa en el Siglo IX y X. La Edad Media había comenzado y la Iglesia Romana, habiendo ganado el cetro de comando, a través de intriga y persecución, ahora tenía la mayor parte de Europa bajo su mano de hierro. Aún así, en el siglo de la oscuridad, los misionarios Irlandeses continuaron llevando el Evangelio, semilla que por siglos arrojaría muchos frutos a través de toda Europa. Malversación del Legado de PatricioCon el surgimiento de los Daneses en el Siglo IX, sin embargo, la Iglesia Céltica en Irlanda empezó a perder su claridad bíblica. Además, el Papa de Roma empezó a enviar a su poder militar con el fin de someter a Irlanda bajo su control. Esto se inició con el decreto del Papa Adriano IV dirigido al Rey Jorge II de Inglaterra en el año 1155 d.C. El Papa autorizó la invasión de Irlanda y envió al rey un anillo de investidura como Lor (Título Nobiliario = Señor de) de Irlanda), y solicitando del monarca a,
El Rey Jorge cumplió la solicitud del Papado en el año 1171 d.C. y con una fuerza militar sometió a la nación de Irlanda. El recibió de cada Arzobispo y Obispo, y en la Synod de Cashel en el año 1172 d.C. escribe en una carta que ellos confirman el Reinado de Irlanda para sí y para sus herederos. El Rey envió una transcripción de estas cartas al Papa Alejandro III, quien, de acuerdo a las cartas del Arzobispo y Obispos, fue gratificado en supremacía por la extensión de sus dominios, y en el año 1172 firmó un orden confirmando el decreto Papal del Papa Adriano. Ordenes posteriores fueron enviadas desde Roma a Jorge II y a los Príncipes y a la Nobleza de Irlanda, para establecer la jerarquía sobre las personas y los pastores y para solicitar su obediencia tanto a Irlanda como a Inglaterra y al Trono Papal. La Herencia de Patricio Continua !El corazón y el alma de Patricio era el Evangelio de Cristo. El escribió en su testimonio:
Estas palabras de Patricio son un llamado de trompeta profética del Señor. Es muy serio el robar el legado de las personas de las naciones, particularmente cuando esa herencia era la vida y luz en Cristo Jesús ! Muchos Irlandeses han crecido absorbidos en los ritos y ceremonias del Catolicismo Romano. Muchos de nosotros nos hemos alejado de estas cosas y hemos bebido hasta saciarnos de la gracia bíblica de nuestro Señor en Cristo Jesús, deseando hacer destacar las palabras de Patricio:
Para publicar en el extranjero el Evangelio de Dios en su elegido Cristo "desde antes de la fundación del mundo"[23] es nuestro deseo, como lo era entonces el de Patricio. La maravilla de la vida de Patricio fue simplemente la gracia de Dios en Cristo Jesús. El llamado divino del verdadero Evangelio que le fue enviado a Irlanda por más de 600 años. Así como Patricio esperaba que el poder de la gracia de Dios venciera a las sacerdocio de los Druidas, ahora nosotros nos levantamos en defensa del Evangelio Bíblico que él predicó para evangelizar aún a aquellos en el sacerdocio Católico y a su jerarquía. La batalla es la del Señor y la victoria será del Señor. "No temas, pequeño remanente, porque tu Padre se agrada en darte a ti el Reino."[24] En el legado de Patricio, oramos usando las palabras de Cristo: "Padre, es mi voluntad que ellos, aquellos que Tu me has dado a mi, también estén conmigo en donde yo esté."[25] Estas palabras del Señor le resonarán espantosamente a aquellos que pasan su tiempo en las religiones hechas por los hombres: "No todo el que diga Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos, más sólo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos."[26] Ninguna persona sólo por el hecho de reconocer a Cristo a través de un sacerdocio y a través de sus sacramentos tendrá una porción de Dios en El, más sólo aquellos que hagan la voluntad de Su Padre. El Señor cumplió la voluntad del Padre a plenitud cuando El dijo: "este es la obra de Dios, en el cual tu creerás ya que el es quien lo ha enviado."[27] "Hoy, si tu quisieras oír su voz, la oirías, así que no endurezcas tu corazón…"[28] Así mismo como se mantiene el Evangelio de Cristo Jesús, así mismo se mantendrá Su llamado en tu vida.
Cree en El, ya que,
Entonces tu te pararás en el mismo lugar en donde Patricio se paró sin moverse, y así es como será por toda la eternidad.
Autor: Richard Bennett, Berean Beacon. Derechos Reservados © 2003, Films for Christ, Todos los Derechos Reservados – excepto como se describe en la nota anexa "Uso y Derechos de Autor" página que le concede a los usuarios de ChristianAnswers.Net generosos derechos para utilizar estas páginas en sus hogares, iglesias, escuelas y para testimonio personal. Aprende más sobre
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